LA HISTORIA DETRÁS DEL R5 Y SU POSTERIOR RENOVACIÓN

El proyecto del Renault 5, más conocido como “R5” o “Supercinco”, nació como respuesta al descubrimiento de un 'agujero' en la gama. Hacia mediados de la década de los 60, la dirección de la marca se dio cuenta de que junto al R4, un modelo a medio camino entre un coche familiar y un vehículo comercial, había espacio para un coche pequeño más moderno y con mejores prestaciones.

A raíz de nuevas incorporaciones al mercado por parte de sus competidores, como Citroën, el cual durante esta época lanzó el Citroën 2CV. Surge la idea y la necesidad de crear un coche que sea el emblema y marque un antes y después en Renault. Es ahí cuando por fin en 1972 sale al mercado el famoso coche que cambiaría por completo el panorama de la automoción.

El éxito de Renault 5 superó todas las expectativas. Desde su lanzamiento, los tiempos de entrega se cuentan en meses. Los clientes se ven seducidos por este soplo de aire fresco. El R5 se convierte en el vehículo de los jóvenes y de los que siguen siendo jóvenes, de los biberones y de los pantalones acampanados.

Con más de 5,5 millones de unidades fabricadas entre 1972 y 1985, vendidas en los cinco continentes, Renault 5 fue el modelo de una marca, más aún, ¡el vehículo de una década!

 

La estructura y los roles de las familias para aquella época cambiaron, debido a la incorporación al mundo laboral de las mujeres y su necesidad de desplazarse y ser independiente. Esto fue uno de los motivos por los que surge el “Supercinco”, de la idea de crear un coche pequeño, versátil y polivalente. El cual fuese dinámico, adaptable para todos los públicos y con un espacio infantil adaptable y reconfortante.

 

Por lo tanto de la idea del mítico e icónico R5, surge el nuevo “R5 e-tech electric”, una versión 100% eléctrica.  Mantiene su lado divertido y travieso, con una carrocería amarilla muy «pop» y las principales líneas del diseño original de R5 con una visión más moderna: los acabados y los materiales elegidos se inspiran en la electrónica, el mobiliario y el deporte.

 

Las diferencias entre ambos modelos son notablemente visibles a pesar de que guardan ciertas similitudes sobretodo en la esencia y el carisma de ambos. Sin embargo son muchos los cambios que le hacen único a este coche:

Aquel modelo tuvo varias versiones. La más "básica" empleaba un motor de 946 cm3 que entregaba 41 CV a 5.500 rpm, con caja manual de cuarta y tracción delantera.

Para la generación moderna los diseñadores de Renault buscaron asemejarla lo máximo posible al mítico Supercinco (la segunda generación), haciendo hincapié en el juego de ópticas con detalles futuristas con luminaria LED.
Al basarse en la plataforma CMF-BEV, incorporará un propulsor eléctrico ePT-100kW de 135 CV con baterías de litio de 42 y 52 kWh, brindándole al hatch una autonomía cercana a los 400 kilómetros.

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